Crónica de la II BTT Nieva de Cameros (Por Javier Negueruela)


Desde la cola del pelotón II

 

-       “¡Oye! ¿Te has enterado? Lo han vuelto a hacer”

-       “¿Quién? ¿Los de las bicicletas? ¿Y cómo les ha ido?”

-       “Dicen que mejor que el año pasado”

-       “¿Mejor? ¿Nadie les dijo que era imposible hacerlo mejor?”

 

 

Pues no, al parecer nadie nos lo dijo. Y es que no había terminado la comida de la I Btt Nieva de Cameros, y ya estaba Diego planeando la ruta de este año. Nos dijeron que la ruta había sido un tanto “suave”, y un puntito en su cerebro empezó a trabajar. Yo se lo noté porque tenía un extraño brillo en los ojos (no, no era la cerveza).

 

No había pasado mucho tiempo y ya la tenía planteada, pero cuando el asunto empezó a desmadrarse fue este verano. La ruta del año pasado quedaría como “La Corta”, y la nueva ruta sería “La BTT”, así, con mayúsculas. Un día sí y otro también, alguien hacía la BTT para probarla, para ver las bajadas, para hacer tiempos, o simplemente, porque hacía una semana que no la había hecho.

                              

Yo, este año no había cogido la bici mucho, así que no me planteé, hasta el final, la posibilidad de hacerla. La probé a trozos, y, la verdad, es que es bonita; muy bonita; pero mi bajo estado de forma, mi miedo a las bajadas, y las ganas de ver el ambientazo que se formaría en la plaza, me decidieron: “Haré la Corta y a disfrutar”

 

Se acercaba la fecha; finales de Septiembre, primeros de octubre. Dionisio, como siempre, había echado una mano con los patrocinadores; Goti organizaba a los Voluntarios: Javi y Jose Ignacio y Arguiñano en el avituallamiento de los Collaos; Pachuco con sus ayudantes en el de Cabeza Maribuena y Enrique con los suyos en el de Cuesta Madrid. Los moteros, que hicieron una labor inconmensurable cuidando, guiando y cerrando la prueba. Ana, que esta vez organizó a un mayor grupo de fotógrafos, (Laura, Beatriz , Rubén, Ana la de Montemediano,Carlos,Marian, Paula y Jorge) que se fueron repartiendo por el recorrido. Hubo muchos más voluntarios, unos que ayudaron, y otros que no hicieron falta, pero cuya intención se agradece por igual. Que me perdonen por no mencionarlos a todos, porque necesitaría las listas del censo electoral; y, como el año anterior, hubo otro montón de gente que “aparecía” por distintos sitios, siempre animando, ayudando, o sacando fotos, que luego nos pasarían.

 

En Agosto se abrió el plazo de inscripciones, y, muy poquito a poco, algunos se iban apuntando. Diego nos iba contando: “hoy se han apuntado tres”. “hoy dos” … recuerdo dos mensajes que nos hicieron ilusión: “Se ha apuntado la primera chica” y “se han apuntado el primero y tercero del año pasado”. Faltaban diez días y las inscripciones iban … un tanto lentas para nuestro gusto, y, por fin, Ana y Laura confirman la rueda de prensa para el día siguiente. Dionisio, Diego, Torry y nuestro alcalde, Carlos, estuvieron allí, junto con el Director General de Deporte y del Instituto Riojano de la Juventud…. Y salimos en la prensa y en la tele, y las inscripciones aumentaron.

El fin de semana anterior nos dimos una vuelta con el todo terreno de Torry,  para limpiar el recorrido y nos llevamos una gran alegría; los forestales habían pasado y habían cortado prácticamente toda la maleza que nos podía molestar en los terrenos de Anguiano, así que “sólo” tuvimos que retirar algunas ramas, unas cuantas piedras grandes, y “tapar“ alguna que otra escapada peligrosa. Goti, por su parte, ya se había dado otra vuelta con los de protección civil para ver dónde se iban a situar a lo largo del recorrido.

 

Y llegó el fin de semana; y empezó el pueblo a llenarse de gente; bikers y acompañantes, voluntarios y familias, amigos y demás fauna. Viernes por la noche unas cervecitas en  los bares del pueblo, La Chata y El Peso. Sábado por la mañana, y los incombustibles Diego, Torry y Goti, los tres mosqueteros, que estaban en todas partes, se fueron, con Aitor y más gente, a marcar la ruta. Por cierto, todo el mundo; repito, todo el mundo ha alabado lo bien señalizada que teníamos la ruta. Por la noche, reunión en el Mentirón para ultimar detalles; que si necesito un todo terreno aquí, que si tú con la moto por esta zona y tú por esta otra, que si un fotógrafo en esa cuesta y otro en ese avituallamiento, que si vamos a cargar los coches con la comida y bebida …un jaleo, que entre los tres mosqueteros tenían dominado. A las doce o así, (casi) todos los bikers estábamos en la camita … ¿dormidos? Nooooo. Los móviles echaban humo; un chiste tras otro, continuos mensajes de “vamos a dormir” a los que no hacíamos caso …Vamos, que la gente estaba nerviosilla.

 

Y por fin, Domingo 13 de Octubre; día de la II Btt Nieva de Cameros. A las ocho de la mañana empezamos a aparecer por la plaza. Monta la carpa; vete sacando los materiales, la megafonía los premios, los dorsales, los regalos para todos… sí, por participar una fabulosa camiseta y una botellita de crianza; ¿quién no se apunta? Y además, se sortearon, no veinte ni treinta sino cien, repito, cien premios entre los participantes. ¡Que majos son los patrocinadotres! Y, como el año pasado, María, Maru, Sole, Izaskun y Cristina, que también, como Diego, estaba en todas partes, encargándose de la organización, entrega de dorsales,  y del recibimiento e inscripción de los bikers que se apuntaban el mismo día de la prueba. Inma, nuestra estupenda Speaker, también madrugaba, y la gente de Protección Civil llegaba para lo que pudiera pasar

 

A la entrada del pueblo ya se habían plantado Manolo y Tito, para organizar los coches que llegaban e indicar a los participantes cómo llegar a la plaza, y así no colapsar el acceso al pueblo.

 

Fuimos llegando con nuestras burras, lavadas y engrasadas, y con algo que nos hacía una especial ilusión: un maillot guapo guapo, diseñado por nuestro amigo Pedro, el de Zumárraga. Creo que, cuando lo vimos, a todos se nos cayó la baba deseando estrenarlo. Todavía no tengo claro si me gusta más la parte de adelante o la de atrás. Tan contentos estábamos que, a las nueve y media, Inma nos llamó a todos los que lo llevábamos, por megafonía, para acercarnos al mentirón a hacernos una foto … o dos … docenas. Y allá que posamos diecisiete (aunque somos más, treinta y cinco creo recordar) tan estiraos y tan orgullosos que no cabíamos dentro de él (alguno había pillao talla demasiado pequeña).

 


 

Me acerqué a la carpa a preguntar los datos finales de inscripción: 150 participantes, seis de ellos chicas. Un éxito, y satisfacción en nuestras caras; todo va bien.

 

Y ya se acercaban las diez de la mañana; los nervios a flor de piel. Los que iban a “correr” acercándose a la línea de salida; los que nos la íbamos a tomar más tranquilos, charlando por la parte de atrás, pero todos, más o menos, nerviosos, sobre todo los de Nieva, Montemediano,   y alrededores; es “nuestra” prueba y hay que hacerlo muy bien.

 

¡Petardazo! inicial por parte de Carlos (Goti, me tienes que conseguir una docena de esos), y allá vamos…

  De nuevo salida neutralizada, pues la bajada es un tanto peligrosa. Ya en el camino de la Rueda, a correr. La primera ascensión coincidía con la del año pasado. Alfonso y yo subíamos a gusto, regulando, y de nuevo, al pasar el río y empinarse la pista, todos en fila y poquito a poco. El monte ya estaba precioso y la entrada al hayedo, majestuosa. Siempre he dicho que es como entrar en otro mundo, que el cielo, si es que existe, tiene que ser más o menos como nuestro hayedo en otoño … El Plantizo de Tío Tito, La Cumbrera, Pocilgas y los pinos, la subida a Cabeza Maribuena. Aquí uno no se puede guardar nada. Lo das todo y ya recuperarás en la bajada; esas dos curvas criminales y esa recta final que nunca se acaba.

 

Y, por fin, cumbre, atasco con los que se paraban en el avituallamiento de Pachuco y hacían la larga. De sensaciones íbamos estupendos; empezamos a bajar y, eso sí, todos a los que había “adelantado” en la subida, me gritaban al pasar “voy por la izquierdaaaa”; y es que ya lo dije, yo bajar, bajo muy poco. Paradita en el avituallamiento de los Collaos, platanito, bebida isotónica, frutos secos, agua … paraaaaa, que me estaba poniendo morao y tenía que seguir pedaleando. Me despido de la rubia, que estaba por allí con su cámara, y p’abajo. Distinguí a Laura, tras su cámara entre los árboles y salvo un pie a tierra en el peor trozo, llegamos de nuevo a La Rueda sin contratiempos. Un saludo a los que allí estaban y vuelta para arriba.

 

Mientras volvíamos a subir iba pensando en la gente que hacía la larga, la BTT con mayúsculas. Después me han ido contando unas cuantas cosas; dicen, que en la bajada de Río Frío algunos cruzaron el río sin bajarse de la bici (serán insensatos, jajajaja); nuestro Aitor, que se quedó sin freno delantero (yo creo que lo rompió él para ir más rápido), se lanzó cuesta abajo al grito de “PARADME, PARADME, PARADME”, y gracias a que alguien lo paró.   Después la bajada de la Mohosa, donde Torry decidió atravesar un zarzal, como alternativa más segura, y seguro que lo era. De nuevo en La Rueda y …

 

… Cuesta Madrid; una … no, varias pendientes, para mi, muy duras. Yo la había subido, excepto los últimos 50 metros a Castel, la semana anterior, plato pequeño y piñón grande toda la subida; con el avituallamiento en el único descanso de toda la cuesta.  Bueno, pues he visto fotos de los valientes escaladores, sufriendo, en pleno esfuerzo, dejándose la piel  …hasta que me hablaron, y vi las fotos, de los ganadores de la prueba. Cuentan las leyendas que subían charlando, comiendo, y algunos dicen que hasta cantaban o silbaban (yo, esto último creo que sólo es un rumor). Desde luego, en las fotos, no se les nota el sufrimiento  como a los demás.


 

Las vistas subiendo Cuesta Madrid son estupendas, pero las dejas todas a la espalda, así que no es que se puedan disfrutar mucho. Sin embargo, toda la zona del Serradero es preciosa; esas suaves colinas de verde hierba, en la que te dan ganas de tumbarte, sobre todo teniendo en cuenta que llegas agotado y que hacía un día con un sol espectacular.

 

Y de nuevo a La Mohosa; no he mencionado antes que es una bajada muy bonita porque, las dos veces que me he “lanzado” por ella, iba demasiado ocupado mirando al suelo para no caerme;  como para fijarme en el paisaje. De nuevo a La Rueda, Castejón para arriba, La Cumbrera, El Cabezo … y al pueblo por Los Rozos. Precioso; como diría un amigo que tengo en Argentina, “espectacuulaaaaaaar”.

 

Me dio tiempo a pensar en toda la ruta, porque yo pienso muy rápido, no porque subiese muy lento ... El caso es que llegando al pueblo había cada vez más gente, de todos los tipos y tamaños; allí estaba Pedro, el hijo de Juan Cruz y Mariuca, que gritaba como loco cuando nos vio; Ana Pili en El Collao, avisando de que llegábamos, Ana, la mujer de nuestro Roberto, sacando fotos, y la plaza … otra vez petada de gente. Camisetas verdes por doquier, como las que nos habían dado por apuntarnos; Eduardo pinchando música cuando Inma descansaba (que descansó poco); Cesar y Álvaro controlando los tiempos; Cristina, María, Nuria y Manolo que nos paraban, nos abrazaban, y nos recogían el dorsal mientras nos daban indicaciones y el vale para el preñao.

 

Llegamos en el puesto 13 y 14 de la Corta; haciendo ¡¡¡veinte minutos menos que el año pasado!!! Los primeros de la Corta habían sido Antonio J. Sainz (1:54:27), Sergio Muñoz y Eduardo Gil. Yo estaba encantado porque además, los súper héroes no me habían doblado. Por delante de mi, en el puesto décimo, tengo que mencionarlo, había llegado Félix Martínez Rueda,  el decano de la prueba, con sus no-voy-a-decir-cuántos años; y por detrás, tan solo siete minutos después de mi, llegaron ellos, los dioses del pedaleo: Fernando Canals Sotillo (2:26:40) y Fernando Rica Arratia (por este orden, dijeron ellos). Gracias, chicos por venir de nuevo, por hacernos disfrutar y por dejarnos con la boca abierta viendo vuestros tiempos y vuestra capacidad. Seguid viniendo otros años, porque nos gusta teneros por aquí.

 

Sólo tres minutos después llegó el tercero, Eduardo Floro. Tan sólo quince de los 52 que hicimos la corta llegamos antes que ellos. Yo creo que es para admirarlos de verdad.

 

El primer serrano de la larga, si no me equivoco, fue David Fernández, del Rasillo. Nuestro Aitor llegó décimo, con un tiempazo estupendo; y luego ya fueron llegando todos los demás.

 

Había que vernos las caras; lucíamos todos una sonrisa que yo creo que ni tocándonos la lotería. La sensación de euforia se podía palpar en el ambiente. Como dice Diego, no nos cabía …


Después de un rato disfrutando y charlando con la gente (gracias Víctor y Chuchi por la birrilla), decidí que era hora de reponer fuerzas con el preñao …. Eso no era un preñao señores; eso era un embarazo múltiple; ahí había trillizos de chorizo; con eso se te quitaban hasta las ganas de cenar … en un par de días.

 

En el apartado accidental, no hubo nada grave; unas cuantas rozaduras, alguna que otra subida de bolas (de las de la pierna) y nuestro Jorge Fernández, al que tuvo que recoger la ambulancia, pero cuyas lesiones no revistieron ninguna gravedad. ¡Que sea así o mejor todos los años!

 

Empezamos a “sondear” opiniones; “Oye, ¿qué os ha parecido la ruta?” Todo el mundo estaba, literalmente, flipando. “Menudos paisajes” … “¡Que variedad!” … “¡Que bonita la bajada al pueblo!” … “¿Y la subida por el hayedo?” … “Es la ruta mejor señalizada que he hecho nunca” …”¡Y es que había gente por todas partes!” … “¡Menudo ambientazo!”… Palabrita del niño Jesús que todas estas frases las oí yo decir a los participantes. He sabido después que por email hemos alcanzado otros rincones de España “Es que tienes que verla…” leí en uno que me enseñaron.


En resumen (que esto ya es muy largo) La ruta salió fenomenal y la gente salió (salimos) encantada; así que, otro año más, MUCHÍSIMAS GRACIAS…

 

… a los patrocinadores, sin cuya aportación esto habría sido imposible; a todos los que, de un modo u otro, echasteis una mano (o dos, o tres), había muchas cosas que hacer y pudisteis con todo; a los que, aunque no hicisteis falta, estabais ahí (no sabéis la tranquilidad que da saber que aún hay alguien más a quien recurrir si es necesario); a los organizadores, sobre todo a los tres mosqueteros, Diego, Torry y Goti, que sólo vosotros sabéis lo que habéis currao ; a Cristina , que se encargó de toda la organización de premios y participantes; al ayuntamiento y toda la corporación municipal que nos consiguieron seguros, permisos y a Protección Civil con la ambulancia; a los forestales, que nos limpiaron la ruta; al pueblo y ayuntamiento de Anguiano, que nos permitió pasar por sus terrenos, y a todo el pueblo, porque con vuestro apoyo y compañía, sois los que de verdad hacéis que esta ruta sea distinta de las demás; otros paisajes bonitos habrá, pero gente como vosotros no.

 

 También, por supuesto, mil gracias a los participantes, queremos que volváis todos, los más fuertes y los menos fuertes, con vuestra alegría y buen rollo, vuestra solidaridad y compañerismo, vuestro espectáculo y vuestro esfuerzo, pero, sobre todo, … con vuestras burras.

 

II BTT Nieva de Cameros

La mejoraron porque no sabían que era imposible

 

Autor: Javier Negueruela García

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